No, no. No voy a hablaros sobre una receta de cocina. Posiblemente lo haga en las próximas semanas. En ésta ocasión os quiero contar un cuento, y no uno chino precisamente. No sé si conocéis la fábula del Elefante y los seis ciegos. Por diversos motivos me viene que ni pintado el contàrosla.
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Érase una vez, seis sabios hombres que vivían en una pequeña aldea. Los seis eran ciegos. Un día, alguien llevó un elefante a la aldea. Ante tamaña situación, los seis hombres buscaron la manera de saber cómo era un elefante, ya que no lo podían ver.
-- "Ya lo sé" -dijo uno de ellos-. "¡Palpémoslo!".
- "Buena idea", dijeron los demás. "Así sabremos como es un elefante".
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Dicho y hecho. El primero palpó una de las grandes orejas del elefante. La tocaba lentamente hacia adelante y hacia atrás. "El elefante es como un gran banico", dijo el primer sabio.
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El segundo, tanteando las patas del elefante, exclamó: "Es como un árbol".
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- "Ambos estáis equivocados", -dijo el tercer sabio. Y tras examinar la cola del elefante, exclamó: "¡El elefante es como un soga!"
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Justamente entonces, el cuarto sabio que estaba palpando los colmillos bramó: "El elefante es como una lanza".
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"¡No!, ¡no!", -gritó el quinto-. "Es como un alto muro". El quinto sabio había estado palpando el costado del elefante.
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El sexto sabio espero hasta el final, y teniéndo cogida con la mano la trompa del elefante dijo: "Estáis todos equivocados". "El elefante es como una serpiente".
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- "No, no. Como una soga".
- "Serpiente"
- "Un muro"
- "Estáis equivocados".
- "Estoy en lo cierto"...
- "¡Que no!..."
- Prácticamente todos trabajamos con otras personas en proyectos casi todos los días, y con frecuencia la experiencia es frustrante. Pocas son las ocasiones en las que vemos al elefante completo, y muchas, las que lo percibimos como los sabios ciegos de la fábula.
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Intentemos callar esos peros que nos salen de dentro y dejemos hablar y exponer al otro. Tal vez consigamos ver al mayor mamífero terrestre del mundo y no, a un carpaccio de carne como el de la imagen.
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Intentemos callar esos peros que nos salen de dentro y dejemos hablar y exponer al otro. Tal vez consigamos ver al mayor mamífero terrestre del mundo y no, a un carpaccio de carne como el de la imagen.
Buena Cortesía
2 comentarios:
Buena reflexión y buena fotografía la del elefante troceado. Un saludo.
Gracias
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