Volver -aguantad la última sílaba-, con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien. Sentir -aguantad la última sílaba-, que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada, errante en las sombras te busca y te nombra. Vivir -aguantad la última sílaba-, con el alma aferrada a un dulce recuerdo, que lloro otra vez -aguantad la última sílaba-.
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¡Guau! no sé si os he puesto la piel de gallina o no, intentando recrear a Estrella Morente interpretando la canción "Volver". Al menos os he dado alguna indicación para que lo lográrais. En cualquier caso; me ha servido como "entradilla" para éste post. Y es cierto; mi alma sigue aferrada a un dulce recuerdo, que lloro otra vez. He pasado unos días magníficos y difíciles de olvidar, tal y como muestran los dibujos.
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Sin embargo, no pretendo ser melancólico y echar de menos tiempos vividos. ¡Sí!, pero ¡no!. Estoy leyendo un libro de Robert Mckee, -"El guión"-, en el que se explica cuáles son los principios del diseño narrativo que deben ser tenidos en cuenta a la hora de crear un guión cinematográfico. En el capítulo de hoy, he leído sobre los elementos que componen las historias: golpes de efecto, secuencias, clímax narrativos o actos. La historia, tú historia, la mía y la de cada uno, se concibe mediante una serie de actos, que a su vez se conforman con una serie de secuencias, y que a su vez pueden contener algún que otro golpe de efecto.
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Lo descrito al principio del post junto con los dibujos realizados, puede que sean un golpe de efecto, una secuencia o un acto, pero no son mi historia. Esta debe conformarse forzosamente con otros golpes de efecto, secuencias y actos futuros. Y si no, mal. Y esos son los que ahora me interesan.
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Estoy contento de volver. De volver al trabajo, de volver a estar aquí, de volver a ver a mis compañeros, de volver a ver a los míos, de volver al colegio, de volver y sumar escenas, secuencias y actos con los que pergeñar mi historia. Hace unos días, éste blog cumplió "cinco años". Ni por asomo cuando empecé, sabía hasta dónde iba a llegar. Hoy, tampoco. Felicidades a todos.
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Buena Cortesía