04 abril 2010

Dreams (Sueños)

4 de abril de 2010. Hacía mucho tiempo que no me sentaba en una tarde de domingo frente a mi ordenador. Muchos de vosotros os preguntaréis qué me ha sucedido durante éste trimestre en el que mi actividad bloguera ha descendido hasta mínimos históricos. Ya sé que nadie me ha pedido excusa alguna, ni que tampoco con lo que escriba a continuación me acuse de nada. Pero que queréis que os diga... de alguna manera me siento mejor, y es una forma de empezar de nuevo.
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Todo surgió por el mes de junio del pasado año. En el descanso de una charla a la que asistí junto con un compañero de trabajo, estuvimos hablando de los estudios que él estaba realizando. Mi compañero, -Ingeniero Técnico como yo-, estaba finalizando el primer año del grado de Ingeniería Superior en Organización Industrial.
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- Oyé, ¿por qué no lo haces tú también?
- Bueno, no sé, me gustaría pero no sé, vale una pasta, hace falta tiempo....
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Ahí quedó la cosa. La sugerencia no cayó en el olvido y en el mes de Septiembre me matriculaba de cuatro asignaturas.
Los días pasaban, y mi lucha con los apuntes comenzaba. Recuerdo lo que me costó averiguar de nuevo cómo se convertía con la calculadora, los números complejos en polares. O lo que tardé en rememorar como se hallaba una matriz inversa.
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Paralelamente, se produjo una situación de esas de las que dicen, "estar en el lugar adecuado en el momento oportuno". La Universidad de Zaragoza estaba gestando la III edición del Master en Gestión de la Innovación, y las corrientes pensadoras que rigen en mi "mundo laboral", apuntaron la importancia que en un futuro cortoplacista, iba a adquirir esa "i" minúscula de la I+D+i, llamada innovación.
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Levante la mano, y ...¡zas!. Al cabo de dos semanas me encontraba matriculándome en dicho máster. Por tanto, si el tiempo ya era oro para mí, a raíz de estos acontecimientos se iba a convertir en platino.
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He de decir que no es fácil el compaginarlo todo, pero también puedo decir que está mereciendo la pena. Me siento rejuvenecer. Volver de nuevo a esas bibliotecas en las que la noción del tiempo desaparece, en el que silencio te inunda y en el que los que te rodean son del orden de 15 años más joven que tú.

Pero hay cosas que jamás cambian. La "meadica del miedo" -como decíamos en mi época de estudiante-, que se produce justo antes de iniciar un examen. La sensación de nervios que se sufre a la espera de una nota. El extasis ante un pequeño triunfo en forma de aprobado, o su contrapuesto. La desilusión y el chasco materializado en una sola palabra. ¡Suspenso!. Todo ello me está haciendo estar de nuevo en el "candelabro".
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Quizás muchos de vosotros os diréis que "el que mucho abarca, poco aprieta". Yo a veces también me lo digo. Incluso me digo a mí mismo que quién me mandaría meterme en éste berenjenal con lo feliz que estaba yo con mis libros, mis dibujos o mis posts.

Puede que tengáis razón, pero aparte de sentir de nuevo las sensaciones que he descrito, se une lo que leí unos días atrás en libro del Sharma: "Uno de los mayores remordimientos que puede tener una persona consiste en llegar al final de su vida y darse cuenta de que no ha cumplido sus sueños"
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Y señores, todavía tengo muchos que cumplir...
Buena Cortesía

2 comentarios:

Unknown dijo...

Animo Fernando, cumple tus sueños, que de paso nos animas a los demás. Y recuerda que el refraán correcto es: "El que mucho abarca, abarca mucho" ;-)
Saludos desde Madrid

Fernando Abadia dijo...

Gracias por tus ánimos José. Esperemos "abarcar", sólo lo suficiente y necesario.