Que me perdonen en el trabajo. Pero el pasado miércoles, el sol que entraba por mi ventana no hacía más que llamarme diciéndome, ¿pero, no vas a mirar?.
Ante mí, tenía esa perspectiva desafiante que tantas y tantas veces he querido dibujar.
Ella y yo...
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Ya sé que no es muy navideño, pero el día de año nuevo después de haber comido tanto, me tiré en el suelo, encendí la luz y me puse a dibujar. El por qué...no lo sé.
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Tengo exámenes en febrero. Así que, ni corto ni perezoso me fuí a estudiar a la Biblioteca de Aragón, situada en Dr. Cerrada. De joven era mi lugar favorito y pasaba bastantes ratos en ella. Aunque a veces los resultados no eran los esperados.
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Desde entonces han pasado unos 20 años. Algunas cosas no han cambiado; sitios guardados, cuchicheos de "mira, me está mirando"...
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Sin embargo, otros han cambiado radicalmente. Tenía a mi lado a una jovencita que no hacía mas que intercambiarse notas con la compañera de enfrente. Estaba rodeada de fosforitos, rotuladores, agendas y el móvil no paraba de recibir SMS.
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Estaba cansado y necesitaba aire fresco. Fue entonces cuando le dije:
- ¿Me puedes echar un vistazo a mis cosas?.
A lo que ella me respondió:
- Sí, sí no se preocupe. Y si quiere le vigilo la cazadora.
-¡Horror! -me dije-. Me ha tratado de usted. Cierto es que iba sin afeitar, pero...
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Cuando regresé, no pude conterme y le dije:
- ¿Sabes?. Hace 4 días estaba como tú, y ahora me tratan de usted...¿será que me estoy haciendo viejo y no me entero?-
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