-¿Hoy es fiesta?-, me pregunta cuando lo llevo a casa una vez que ha finalizado el colegio.
Conceptos como "hoy", "ayer" o "mañana", son palabras sin sentido, que las conjuga como le viene en gana.
Yo sin embargo, me siento como un D. Quijote de la Mancha frente a ese gigante, que en forma de tiempo intento vencer.
Marco tiempos, me defino actividades, sustraigo horas al sueño, a la televisión, a la pereza. Pero como a D. Quijote, las aspas del molino, -en mi caso del tiempo- me devuelven a la realidad.
Dalí lo reflejo con su característico estilo, en su cuadro "La persistencia de la Memoria", en dónde representaba a la memoria y al tiempo, como si de un Queso Camembert se tratara.
Me viene a la cabeza el libro, “El vendedor de Tiempo” de Fernando Trías de Bes, en el que se fabula sobre la posibilidad de la compra de tiempo.
¿La conclusión?. Toda la sociedad queda paralizada por su consumo. Un bien escaso, caro y sobre todo no almacenable ni retornable.
Como bien se sabe “El tiempo es oro”, y éste último está cotizando en sus máximos históricos. Tenemos por delante, ésta semana 4 lingotes de oro, "la Semana Santa".
Aprovechémoslo lo máximo posible. Eso o por favor, que alguien me venda 30 gr de tiempo. ¿Sabéis si Ebay, lo ofrece entre sus productos?
Buena Cortesía
1 comentario:
Yo tengo mucho "oro", pero me gustaría tener mucho más, no creo que el tiempo lo vendan en Ebay, pero procuraré preguntar en las farmacias.
Igual tienen el elixir de la eterna juventud "Si se toma esto, vivirá mucho más"
Saludos.
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