Permitideme que parafrasee al Profesor Don Santiago Ramón y Cajal:"Mucho aprendemos de los libros, pero más aprendemos en la contemplación de la naturaleza, causa y ocasión de todos los libros.
¡Quien sería capaz de encarecer lo que yo me deleité con aquellas sabrosísimas lecturas!. Tan grandes fueron mi entusiasmo y alegría que me olvidaba de todos los vulgares menesteres de la vida material.
¡Cuántas exquisitas sensaciones de arte me trajeron aquellas admirables novelas! ¡Qué de interesante y novísimos tipos humanos me revelaron!
¡Quien sería capaz de encarecer lo que yo me deleité con aquellas sabrosísimas lecturas!. Tan grandes fueron mi entusiasmo y alegría que me olvidaba de todos los vulgares menesteres de la vida material.
¡Cuántas exquisitas sensaciones de arte me trajeron aquellas admirables novelas! ¡Qué de interesante y novísimos tipos humanos me revelaron!
Hoy he estado en Madrid. Se cumple el cuarto aniversario de una tragedia que nunca debió suceder.
No han sido los libros ésta vez como a Don Santiago, sino las palabras, las que me han hecho olvidarme de todos los vulgares menesteres de la vida material y revelarme interesantes y desconocidos tipos humanos.
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Buena Cortesía
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