28 octubre 2007

Yo tambien estuve en McLaren

No pudo ser, Kimi Raikkonen ganó el Gran Premio de Brasil y logró su primer Mundial de Formula 1. Me han contado, y he leído en infinidad de veces la importancia que tiene en el día a día, conceptos como el trabajo en equipo, el liderazgo y la gestión de competencias o personas. Aptitudes, para unos innatas y para otros "aprendibles" y que deben ser el complemento a los conocimientos técnicos adquiridos y la forma más eficiente para llevar a cabo cualquier misión que se nos encomiende.

Un posible simil para interpretar, diferenciar o reconocer las aptitudes antes descritas se escenificaba en la forma que desarrolla su actividad un Piloto de Formula 1, el cuál pilota la máquina puesta a su disposición a condición de obtener los fines y objetivos marcados desde su escudería. No está solo, dispone del mejor equipo de Ingenieros, mecánicos y técnicos, -cuya única misión es que la máquina esté a punto-, y de su escudería que atenderá por completo todas sus necesidades.

Recuerdo la escena. "El repostaje". Ese era el ejemplo claro tópico y típico del trabajo en equipo, cada uno en su sitio, sabedor de sus funciones, coordinados, en tiempo, respetando las decisiones del piloto y en total sintonía con lo marcado por el "Flavio Briatore" de turno.

Pero.......¿qué ha pasado éste año?. El proyecto inicial, prometedor. El coche, el mejor. El equipo, deseoso de contar entre sus filas al "Bicampeón del Mundo". Y el piloto...., ilusionado, motivado, con ganas de ofrecer resultados y precedido de una experiencia ganada en forma de dos campeonatos del mundo consecutivos. La escena no podía ser mejor...... era una escena Ganadora.

Si lo trasladamos al terreno de la vida profesional, muchas de las sensaciones descritas las hemos hecho nuestras cuando nos hemos encontrado ante un nuevo reto o cambio en nuestra vida profesional. Existe un Ron Denis, satisfecho por contratar a su Fernando Alonso, un Hamilton para el que todo son parabienes y halagos hacia tú persona y un equipo de ingenieros y mecánicos ilusionados, motivados, con ganas e identificados con su nuevo lider. Y por último, existe ése Fernando Alonso que precedido de sus éxitos se siente seguro, pero "preso" de ésa duda o incertidumbre que a todos nos invade cuando experimentamos un cambio en el que algo ponemos en juego.

Tanto en el caso de Fernando Alonso como en la realidad del día a día, las carreras no se ganan por la acción de una sola parte, ni esa parte sóla, es la desequilibradora. Deben ser todas las que poniendo su granito de arena y esfuerzo han de ser capaces de conseguir los objetivos marcados en un principio, en el que todas las partes implicadas invirtieron tiempo, dinero, esfuerzo y sobre todo ilusión. ¿Ilusión?, cómo se mide, cómo se recupera, ¿queda mucho cuando se malgasta o pierde?.......

Fernando, de tocayo a tocayo. Si has malgastado o perdido alguna pizca de ella, vete de Mclaren.

A veces no consiste en ser el primero sino en no ser el último.

Buena Cortesía

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