"Un viaje de mil kilómetros comienza con un paso". De ésta manera define un proverbio chino la actitud a seguir para obtener un fin, partir desde el principio. No me voy a referir en ésta ocasión al estado inicial o final de una situación, sino a su intermedio. Aquel viaje para el que se han preparado las alforjas, se ha tomado la decisión correcta, pero que en su travesía es cuando surgen las dudas, despistes o dificultades, las cuáles nos distraen de ése Norte especial y que a veces nos hace olvidar el pasado, nuestro Sur.
Sirva como botón de muestra una actividad que realizamos asiduamente. Conducir.
Cuando conducimos tenemos claro nuestro destino, es lo que vemos por delante, nuestro Norte. Sin embargo con el volante en mano, entra en juego otros elementos indispensables como el pedal del freno, el acelerador, el cambio de marchas y,.......... sí, ¡los retrovisores!.
La combinación de ambas perspectivas, -luna delantera y retrovisores-, sin obviar la importancia de los otros elementos mencionados hacen que nuestro destino sea el marcado de principio.
Por tanto y ante posibles destellos que nos pueda producir el sol o un destino ilusorio, debemos cuidar y echar la vista atras a "nuestros retrovisores" que nos darán en todo momento una idea clara y concisa de "dónde" y de "cómo" venimos.
Os invito a que de vez en cuando miréis a vuestro retrovisor. ¡Es por vuestra propia seguridad!.
Buena Cortesía
2 comentarios:
Supongo que has utilizado el simil del automóvil para decirnos que sigamos hacia delante pero sin parar de mirar atrás, pues tan importante es fijar el rumbo antes de salir como mantenerse alerta durante el camino. Así pienso yo que es la vida, fijas un rumbo que vas alcanzando incluso después de algún que otro volantazo, y miras atrás y añoras o bien deseas, pero nada de lo que haces te tiene que hacer olvidar de tus origenes.
Efectivamente.
Creo que fue Shakespeare quien dijo: "El que bien empieza, tiene la mitad del trabajo hecho".
Por tanto, nuestros origenes, nuestra base o inicio son los que marcan notablemente la trayectoria que probablemente sigamos, independientemente de que se puedan cometer errores en el camino. No es del todo malo equivocarse. Nos genera experiencia y por tanto "el poder" de reconocer y elegir en el futuro, lo que es bueno de lo que es malo.
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