10 julio 2012

Libro: ¡Buena Idea! (352)

Libro Buena Idea
Contra la crisis, creatividad, imaginación e ¡IDEAS!. Este es el grito de guerra de nuestros días y todos estamos de acuerdo con él, pero ¿cómo tener buenas ideas? ¿De dónde salen? ¿Sólo los genios pueden tenerlas?
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Según Mariona Masgrau, Susana Cros y Álex Forasté, cualquiera puede ser creativo e innovador. Sólo hace falta cambiar el enfoque, combinar, experimentar y sobre todo, sobre todo, trabajar…
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Para sistematizar esos procesos, los autores proponen una serie de técnicas y de situaciones que nos ayudarán a encontrar esa ansiada inspiración que estimulará nuestra creatividad.
No recuerdo cuándo ni dónde, escuche eso de que… “en vacaciones es el período del año en el que más se debe aprender”. Así que, aprovechando que queda poco para irnos de vacaciones y haciendo uso de la anterior reflexión, permitidme que os muestre los consejos que los autores de éste libro ofrecen para forzar esas “situaciones” generadoras de I D E A S. Yo intentaré forzarlas, a partir de la semana que viene.
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Hacer una pausa. Romper un ritmo de trabajo intenso, cambiar momentáneamente de escenario puede desbloquear el cerebro y reactivar las neuronas ahogadas en la rutina. Se trata de descomprimir, moverse, oxigenarse y cambiar de paisaje.
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La extranjería. El hecho de encontrarse en una país extranjero, de afrontar situaciones poco habituales y moverse en un entrono desconocido, activa el ingenio, y hace que los sentidos estén en permanente alerta. Alejarnos de nuestro hábitat también propicia el descubrimiento de cosas fascinantes y gente interesante.
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Estar solo. ¿Cuántas veces a la semana consigues estar un rato realmente solo? ¿Buscas o esquivas estos encuentros contigo mismo?. Debes saber que estar verdaderamente solo es muy a menudo el inicio de una camino rico en ideas: los estímulos, experiencias y necesidades que has observado y recogido durante el día esperan a que los cuezas a fuego lento, con calma.
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Enamorarse. El enamoramiento es un estado de máxima estimulación de nuestras facultades mentales; entre sus conocidos síntomas están la euforia, un aumento de la energía, la atención, la concentración y la motivación. ¡Enamórate!.
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Hacer amigos. Del mismo modo que enamorarse estimula las facultades mentales, hacer amigos también es un potentísimo revulsivo. Y es que conocer gente implica abrirse a nuevos estímulos y nuevos conocimientos, y esto hace que se produzcan conexiones mentales distintas de las habituales que hacen chispear las ideas. Si nos relacionamos con gente nueva o entramos en nuevos círculos sociales, observaremos maneras de hacer inesperadas, que quizá encontremos atractivas, y tal vez nos animemos a aplicarlas, a innovar nuestras rutinas.
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La naturaleza. La contemplación de la naturaleza, su belleza y su inmensidad, el silencio o los pájaros cantando, pueden inspirarnos a la hora de tener ideas. Sus formas, su fuerza y su calma, sus matices y sus estallidos seguro que estimulan las sinapsis. Por otro lado, fijarse en la forma en que los organismos resuelven las dificultades que plantea el entorno también puede inspirarnos. De vez en cuando, sumérgete en el verde, o en el azul.
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El arte. Durante el Renacimiento, las Musas, las figuras mitológicas griegas que conocemos todavía hoy como las portadoras de la inspiración, representan cada una un arte: la música, la danza, la literatura, etc.
Los grandes creadores a menudo son grandes consumidores de arte. Nosotros también podemos alimentarnos de grandes creaciones para tener buenas ideas.
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Las sustancias psicotrópicas. El café o el té, con todas sus variantes; el chocolate; las infusiones de toda clase con sus infinitas propiedades curativas; una copa de buen vino, o un licor pueden abrir tu mente, subir tu adrenalina y estimular a tu cerebro. Administrados en dosis inteligentes, pueden dar un empujoncito a los procesos creativos.
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El libro recoge dos más; estar “Bajo presión” y “Trabajar en equipo”. Si os parece, las dejaremos para septiembre. Como he dicho al principio, estás situaciones son facilmente conseguibles en la época del año que estamos a punto de comenzar: ¡las vacaciones!. Así que no hay escusa.
Un libro práctico, sencillo y que da mucho que pensar.
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Buena Cortesía

4 comentarios:

Margarita dijo...

Qué interesante, Fernando. Algunos de los puntos que señala creo que son imprescindibles. No conocía ese libro, sin embargo, estoy releyendo El camino del artista, de Julia Cameron, ahora solo me falta ponerlo en práctica; sobre todo algunos de sus puntos; principalmente interesante me parece el de escribir cada mañana, nada más levantarse dos folios sin pensar, simplemente dejándose llevar, incluso aunque sean cosas inconexas. Luego hay que guardarlos durante un periodo de tiempo determindado. Más adelante, llegado el momento se podrán releer. También habla de tomarse un momento para uno mismo, sin compañía, un día a la semana y dedicarlo a asuntos artísticos propios, cosas que nos gusten, que nos interesen: aficiones, exposiciones... a condición de que sea un momento sin que nos acompañen las personas con las que habitualmente convivimos, para alimentar nuestro sentimiento artístico y fomentar la creatividad. Bueno, ya te contaré cuando consiga ponerlo en práctica...
Creo que todo lo que señala tu libro viene a fomentar que no nos quedemos en mirar, sino que sepamos ver y, además, aprender a hacerlo con una mirada nueva.

Abrazotes y perdona esta misiva tan laaaaarga.

Fernando Abadia dijo...

Margarita. No se, a veces pienso que -guau- no se. Yo también he leído ese libro. Ja, ja, ja... también he leído lo de las hojas matutinas. De él saque las reflexiones que me sirvieron para escribir el post de "En busca de la imperfección"...

Que bien, me encanta. Tengo que pensar mas esto, porque una vez leí una cosa acerca de las casualidades. Nos gusta el dibujo, la pintura y lo que conlleva. Quizás eso nos ha llevado a comprar ese mismo libro. Y quizás algún día, nos encontremos en un museo perdido del mundo porque tenemos las mimas aficiones. Dejame que piense y recuerde porque una vez leí lago sobre esto. Ya te contaré, y muchas gracias por acompañarme.

Abrazos

ANAIS G. BURGOS dijo...

Lo cierto es que si te fijas al final todo se basa en el hecho de DISFRUTAR DEL MOMENTO...Disfrutar de la soledad buscada, disfrutar de un café o un té, disfrutar de nuevas amistades, disfrutar la oportunidad de vivir en un país extranjero...etc...etc... Ya que si disfrutas te dejas llevar a nuevas ideas.
Tal vez ese sea nuestro real problema tantas veces, que no disfrutamos el instante, sino que siempre pensamos en lo que nos dejamos sin hacer...
Habrá que continuar poniéndose las pilas al respecto, verdad?
Un abrazo, amigo Fernando
AnAis

Margarita dijo...

Fernando, seguirte es un placer. De esos que nuestros libros recomiendan, de los de disfrutar en la soledad deseada.
En cuanto a las coincidencias, l'hasard para los franceses o, serendipity, para los ingleses, cuyo significado es el que creo más se acerca a lo nuestro -upss, que nadie piense cosas raras-, me encanta que esto suceda. Y a mí, me sucede con cierta frecuencia y que me deja una sensación placentera, de plenitud. Y no sabes cómo me gustaría que algún día coincidiéramos por ahí en algún museo. No te quepa duda, que si esto se produce, yo te reconoceré y, venciendo mi natural timidez, te abordaré. Todo se andará. El desearlo con fuerza también ayuda.

Abrazotes