23 julio 2009

El fenómeno Epidemia

Hete aquí, que la semana pasada, leyendo un libro en el que se analizaba la trayectoria de varios produtos y tendencias de gran éxito en el mundo empresarial, se exponía cómo descubrir y alcanzar el "punto de inflexión". Ese punto a partir del cual, algo se convierte en un fenómeno de masas. La forma de como conseguirlo es parecida al fenómeno que se produce cuando aparece una "epidemia".
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Supongamos que un verano llegan mil turistas a Manhattan procedentes de Canadá, y traen consigo una variedad desconocida de virus cuyos efectos duran veinticuatro horas.
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Esta variedad tiene una tasa de infección del 2 por 100, lo cual quiere decir que atrapa el virus una persona de cada 50 que entran en contacto con alguien infectado. Digamos que 50, sea precisamente el número de personas con que se relacionan al día los habitantes de Manhattan, por ejemplo, en el trabajo o en el metro.
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Lo que tenemos, entonces, es una enfermedad en equilibrio. Los mil turistas canadienses le pasan el virus a mil personas más, el mismo día en que llegan. Al día siguiente, los mil nuevos infectados contagian el virus a otras mil personas más, justo cuando los mil turistas que comenzaron la epidemia están recuperándose. Entre los que caen enfermos y los que se recuperan existe un equilibrio perfecto, de manera que la gripe va haciendo estragos a lo largo del verano y del otoño a un ritmo sostenido y disimulado.
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Pero cuando llegan las navidades, el metro y el autobús se llenan de turistas y de gente que sale de compras. En lugar de entrar en contacto con 50 personas al día, el manhattaniano medio, entra en contacto directo con unas 55 personas al día. De repente, se rompe el equilibrio. Los mil portadores iniciales pasan ahora a ser 55.000 al día. Con una tasa de infección del 2 por 100, la cosa se convierte en 1.100 casos de infectados al día siguiente. A su vez, esos 1.100, contagian a 60.500 personas, así que el tercer día ya hay 1.210 manhattanianos con gripe, y el cuarto día hay 1.331. Para el final de la semana hay casi dos mil.
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La espiral continúa creciendo de forma exponencial, hasta que Manhattan, acaba del día de Navidad con una auténtica epidemia de gripe a gran escala. Ese momento preciso en que se pasó de contactar con un promedio de 50 a 55 personas al día, ha sido el momento en que se ha alcanzado el punto clave.
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Ha sido el punto en el que un fenómeno corriente y estable, pasa a convertirse en una crisis de salud pública. Los puntos clave, son momentos de elevada susceptibilidad.
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Esta gripe se convierte en una auténtica epidemia cuando el número de neoyorquinos que se cruza al día con algún portador, salta de 50 a 55. Pero si esta pequeña variación se hubiera producido al revés, por ejemplo de 50 a 45, el efecto habría sido una caída a 478 vítcimas a la semana. Si la tasa se hubiera mantenido así durante unas semanas, la gripe canadiense habría acabado por desaparecer.
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Recortar el número de contactos de 70 a 65, o de 65 a 60, o de 60 a 55, no habría repercutido de manera significativa, pero sí el recorte en el punto preciso, o sea, de 50 a 45.
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Las tres características, -la capacidad de contagio, que pequeñas causas tienen grandes efectos y que el cambio no se produce de manera gradual, sino drásticamente, a partir de cierto momento- definen cómo se extiende el sarampión en una escuela o cómo ataca la gripe en un invierno.
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De las tres, la última, -la idea de que las epidemias pueden iniciarse o acabarse de manera drástica- es la más importante, pues da sentido a las otras dos y nos permite comprender cómo tiene lugar hoy en día, los cambios sociales.

Ese momento concreto de una epidemia, a partir del cual todo puede cambiar de repente, se denomina "tipping point", que en español se puede traducir como "punto de inflexión". Esperemos que en el caso de la Gripe A, llegue pronto.

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Hay que ver, lo relacionado que está todo. Modelos económicos, comportamiento sociológico, epidemiología.... quien me lo iba a decir.

Buena Cortesía

Texto sacado del libro "The Tipping Point". Malcom Galdwell.

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