07 junio 2009

Libros 8/09: El hombre que cambió su casa por un tulipán

Aunque en el mes de mayo no he estado muy activo en lo que a Cortesía se refiere, sí lo he utilizado para la realización de "mis" otros menesteres. La lectura. Os iré poniéndo al día.
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El último ha sido "El hombre que cambió su casa por un tulipán", de Fernando Trías de Bes, persona de la que he leído varios de sus libros y a la que tuve la suerte de escuchar, en el día del emprendedor, celebrado el año pasado.
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Metiéndonos en harina, en éste interesante libro que se lee de tirón, el autor hace un recorrido por las diferentes crisis o burbujas especulativas que se han dado a lo largo de la historia.
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Lo que el autor pretende al mostrarnos y explicarnos cómo sucedieron, es prevenir que en el futuro una persona no relacionada con la economía ni los mercados financieros, pueda disponer de elementos que le permitan saber, si va a invertir sus ahorros en una burbuja especulativa o no. En definitiva, evitar lo que el autor denomina el síndrome del Necio, definido como, ése alguien "ignorante de algo que debía saber o podía haber sabido".
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Este síndrome se repite a lo largo de todas las historias que nos cuenta. Desde la fiebre de los tulipanes en el siglo XVII, la burbuja de los Mares del Sur, del XVIII, el Crac del 29, la crisis inmobiliaria de Japón de los 90, hasta las más recientes. La de las puntocom y la subprime.
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En cada una de ellas el autor nos expone algunas lecciones a no olvidar, y que conforme avanza el libro se repiten. ¿Será casualidad?:
  • Los pagos diferidos favorecen el aumento de los precios, pues permiten comprar y revender bienes o activos con pequeños desembolsos.
  • Es peligroso especular entre intermediarios a precios que nadie paga todavía en el mercado final.
  • Durante las burbujas, es habitual que quienes se benefician de ellas, financien las compras de otros participantes.
  • Se pagan precios irrazonables por la creencia de que los precios aumentarán de forma indefinida.
  • Durante las burbujas se considera "imposible" que el bien baje más allá de un cierto nivel: "La bosa sólo sube, caballero".
  • Cuando la burbuja se ha formado y se desea su desaceleración, ya es demasiado tarde. Un burbuja difícilmente pincha "poco a poco". La única forma de desinflar una burbuja es evitar que se forme.

Como se dice en el libro:

La vanidad del presente se nutre de los olvidos del pasado.

Un libro enteramente recomendable.

Buena Cortesía

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