¿Es la pereza siempre un pecado?. En el libro de Tyler Cowen, "Descubre el Economista que llevas dentro" asegura que probablemente, no.
Una cierta cantidad de ocio es buena para nosotros.
Una cierta cantidad de ocio es buena para nosotros.
Pero el séptimo pecado capital puede ser llevado al extremo. Hoy una persona rica puede contratar a un asistente para que le haga prácticamente cualquier cosa. Muchas de éstas tareas son razonables, pero hay casos que.... ¿claman al cielo?
David Beckham y su mujer contrataron a un mayordomo al que pagaban mil libras al día para que les abrieran los regalos de navidad. El príncipe Carlos de Inglaterra tenía un ayundante de cámara a jornada completa a la edad de dos años y todavía hace que su mayordomo le aplique la pasta a su cepillo de dientes.
O como lo leído en Expansión, sobre el Kuwait rico y misterioso. En el mar de Kuwait se ven todo tipo de barcos, incluidos los pesqueros, pequeños y a motor, aunque parezcan de vela.
"Les quitaron las velas, porque allí lo que sobra es petróleo"
Yo a veces siento una sana y pasajera pereza, pero nada más lejos de lo hasta aquí escrito.
¿Y vosotros?
Buena Cortesía
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