24 septiembre 2007

Siempre llego tarde

Me siento como Tom Hanks en la película "Atrápame si puedes", en el papel del agente del FBI Carl Hanratty, el cuál dedicó la mayor parte de su tiempo a perseguir a Frank Abagnale Jr, protagonizado por Leonardo di Caprio. Este último siempre estaba por delante retándole a continuar a la caza del primero.

En mi caso no persigo a nadie, sino a las "políticas sociales" creadas desde las etapas en las que comencé a tener sentido común, y a las que no he podido dar caza.
Persecuciones en los lugares más dispares en las que siempre llegaba tarde o me daban esquinazo. Pasaban después de que lo hiciera yo.
Beneficios sociales en aquellos momentos, como ayudas a familias numerosas,-cito por orden cronológico de persecución-, prestación de servicio militar en un pasado no lejano y ayudas actuales como el "cheque-bebé", los permisos de paternidad y ahora las políticas sociales para el acceso a las viviendas de alquiler promovidas recientemente, hacen que me considere un agente del FBI que, o corre por detrás de los demás, o lo que es peor que no sabe dónde ir.

Hago uso de mis manuales, y entre líneas rescato ideas para la reflexión que creo se identifican con muchos de los mortales, los cuáles han tenido hijos, han hecho alguna que otra prestación y están embarcados en esa fabulosa aventura llamada "Hipoteca".

Aparte del gasto social en el que se incurre, existen otros costes de igual o mayor calado que conviene tener en cuenta.
Uno, la cohesión social queda debilitada porque muchos ciudadanos entienden que un segmento, -que no es el suyo- se aprovechan de los impuestos que ellos pagan y de los que no son benefactores.

Dos, existe un coste que no es posible ignorar: el político. Las democracias necesitan, para mantenerse como sistema político viable, su aceptación por amplias capas sociales; de lo contrario, la tentación totalitaria se hace recurrente porque cuenta con una parte de la base social que lo cuestiona.

Es necesario que se hagan medidas que favorezcan el desarrollo social, pero por favor.... ¡dejénme atrapar alguna!
Buena Cortesía

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que asco de clase media en España, siempre quejandoros.