Empiezo la semana quedando el lunes por la tarde con Carlos para preparar lo del Pecha Kucha del día siguiente. Aprovechando que "Ferto" está en dibujo, quedamos en el Rincón de la Abuela. Llego pronto, así que me pongo a dibujar. Lo demás... ya está dicho: "Pecha Kucha con Ainna".
Mono color. Dibujo original
Post-producción en color (pinturas de madera)
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Los días pasan sin más sobresaltos. La Semana Santa se acerca y empezamos a hacer planes. Que si aquí, que si allá... esperemos que no quede todo en agua de borrajas.
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En el trabajo, a tope. Esta semana no he dibujado mucho en el cuaderno que utilizo a diario. No obstante, algo de color le estoy dando. Quiero huir de lo conocido, de lo de siempre. Probar. Y si se puede, "maridar" obligación y devoción. Además, -a la vista de lo obtenido-, estoy ahorrando papel.
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Fin de semana. El sábado, basket y tranquilidad. Mucha tranquilidad. Además de cuidar al niño "dibujo", intento atender también a la bonita niña "lectura". Terminado el libro de "Los ignorantes", me embarco en dos lecturas completamente distintas. La primera, "La bodega" del aclamado Noah Gordon y la segunda y siguiendo con la línea iniciada con la novela ilustrada... "Maus" de Art Spiegelman. La cosa va bien. Terminamos el sábado, cenando en un Chino de los de toda la vida.
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Domingo. Perdiguera, pequeño pueblecito perteneciente a la comarca de los Monegros, al pie de la Sierra de Alcubierre. Tranquilidad absoluta. Muchos días los pasados allí.
Perdiguera
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Toca comida familiar. Rancho del bueno. Arroz caldoso con pimientos, salchichas, patatas... tremendo. Aprovecho y saco mi personal cámara de fotos. Uno a uno posan todos para mí. Mientras ellos piensan en un bonito retrato a lápiz, yo me "desahogo" y exagero todo lo que puedo. Conforme dibujo, río.
Veo caras de todo tipo cuando les voy enseñando lo realizado. Unos disimulan, otros ni lo intentan. Con éstos últimos río a más no poder, mientras les digo: ... "yo si te veo". Noto cierta hostilidad en algunos de ellos: mi mujer -como no-, mi tía Asun o mi hermana Jose. Días más tarde, leo en Ladrones de Cuadernos una lapidaria reflexión de mi amigo D. Fernando Font de Gayá, que dice:
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"Un gran pintor amigo mío decía que cuando alguien iba a su casa a encargarle un retrato, lo primero que les decía era: que quiere usted, ¿un gran parecido o un cuadro mío?. Si lo que quiere es lo primero, no pierda el tiempo. ¡Hágase una fotografía!
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Yo no quería hacer las caras a la perfección. Me interesaba ¡la atmósfera!. Tengan buena semana.
Buena Cortesía
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