28 junio 2012

Casualidades: Einstein-Luis-Melania-Xavier-Servidor (347)

Entre ayer por la noche y hoy, se han producido tres hechos aislados pero que implícitamente y sin saberlo se han interconectado en mi persona. 
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Hecho 1. Ayer, después de varios meses en mi cajón desastre, enmarqué una bonita dedicatoria realizada por el "Gran" Luis Ruiz, en la que asemejaba mi persona a la de Albert Einstein. ¡Guau!. Tremendo honor.
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Es un poco largo de contar. No obstante quien quiera saber más, en el siguiente enlace (pinchando aquí), encontraréis la explicación del porqué. Aunque mejor que leáis primero la dedicatoria.
fabadiabadenas_einstein
Hecho 2. Esta mañana en una reunión de trabajo sobre el Hospital Innovador, una persona me ha formulado una "inmensa" pregunta: ¿Por qué tenemos que innovar?.
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Hecho 3. En una de mis frecuentes visitas al blog de Xavier Ferrás -Innovación 6.0-, me he encontrado con un post, cuyo título rezaba así: La crisis según Albert Einstein.
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Quizás os parezca una tontería, pero la concatenación de los tres hechos, distanciada en el tiempo y en el espacio, ha dado lugar -además de a la realización de éste post-, a que cuando me pregunten de nuevo porqué tenemos que innovar, pueda dar una respuesta mucho mejor y más convincente, que la dada ésta mañana.-
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La crisis según Albert Einstein
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No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera así mismo, sin quedar "superado".
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Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos. Sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de eso, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.
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PD: A ver si además de parecerme en lo despistado a Einstein, se me "pega" algo más.
Buena Cortesía

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